domingo, 20 de marzo de 2011

Cambios en Libia (que no en España)

Voy a decirlo ya, antes de explotar. Estar a favor de una intervención en Libia:
- no es ser pro-ZP
- no es simpatizar con el PSOE
- no es apoyar la venta de armas
- no es creer que no hay hipocresía en escandalizarse por lo que luego hace un loco con ellas
- no es ignorar los intereses en la zona petrolífera, inexistentes en otros países
- no es decir #SIalaguerra
No apoyo la venta de armas. Pero tampoco apoyo la masacre que Gadafi esta infligiendo a su pueblo a manos de mercenarios contratados a sueldo; pobres muertos de hambre, disparando por cuatro duros a otros muertos de hambre hartos de ver como su líder se viste con sábanas de estrambótico lujo y es felicitado por la mejora económica de su país mientras el precio de los productos básicos no hace más que subir.

No apoyo que un día Occidente haga vergonzosas genuflexiones ante el líder libio, haciendo la vista gorda ante sus desmanes, y al día siguiente manifieste rápidamente la necesidad de su retirada del poder. Pero ¿acaso apoyaría una posición a su favor?

Lo cierto es que ahora bien podríamos decir ¡A buenas horas! Pero entonces ¿no se puede nunca cambiar el rumbo? ¿Hipocresía? Sí: ya es más que evidente. Escépticos ante la posibilidad de una rectificación pública, cuál es la alternativa ¿observar la masacre sin rechistar?

No deseo una guerra que desgraciadamente comenzó hace semanas. Deseo que los sueños de libertad y progreso de Libia, Túnez, Egipto y todos los demás se conviertan pronto en realidades, y que dejen de pagar cuanto antes por los desvaríos de un líder desfasado.

Finalmente, cambiando de tercio y por encima de todo, estoy cansada del tertulianismo de este país. Ante una crisis como la que estamos viviendo a un puñado de kilómetros, aquí el trasto para tirarse es que si antes por qué NO y ahora por qué SÍ, como si todo en la vida tuviese color político.

Existe un tipo de personas, escasas pero valiosas, que ostentan la virtud de la coherencia: disfrutan del pensamiento libre e independiente, y son capaces de hacerse una opinión sopesando el contexto y las circunstancias, así como de modificarla si cambian o aparecen nuevas variables.

Ubique su actitud. La mía la tengo clara.

1 comentario:

  1. M, siempre sorprendente. Es difícil pronunciase sobre esta guerra, y en voz alta. Para los que hemos sido objetores (y somos)y no hicimos la mili, lo militar no suena a algo dignificante. En esta guerra, cómo en todas, personas desconocidas se matan entre sí por decisiones de otros que se odian pero no se matan. Sentimientos, tragedias, muerte y dolor no prevalecen frente al poder. Y siempre la fascinación por la violencia será patrimonio de los miserables e ignorantes. Doy mi apoyo a los libios (o llámense Marroquíes, tunecínos,..) que sueñan con esa libertad.

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