...que han desaparecido de la historia debido al progreso de la civilización y el avance tecnológico:

1. El pintor rupestre:
Los soportes, tristemente, evolucionaron. Los primeros homo sapiens se quejaron mucho, pero pronto aprendieron a escribir en cuneiforme y encontraron trabajo. Su vida se llenó de plenitud intelectual.


Con el progreso de la ciencia y las ideologías tuvieron que adaptarse e ir renovando sus triquiñuelas. Donde al principio ponían cataplasmas de cardo borriquero, se inventaron que ahora había que poner mierda de perrillo de las praderas. Consiguieron sobrevivir; ahora los puedes encontrar con un título diferente: homeópata, astrólogo, experto en ciencias del espíritu, obispo, etc.
3. El esclavo:
Gran profesión donde las hubiera, con el avance del pensamiento crítico y del sentido del juicio el hombre fue erradicándola de la sociedad. A continuación lo hicieron los americanos. No obstante, muchos de ellos encontraron trabajos similares y se adaptaron muy bien sin sufrir cambios en su rutina diaria o su sueldo.

4. El herrero o forjador de espadas:
Este humilde trabajador encontró su desgracia con el crecimiento de la industria armamentística: al igual que pasó con los vinilos, su obra quedó reducida a llenar el almacén de coleccionistas y nostálgicos. Se encuentra desamparado en el mundo actual y su gremio protesta regularmente contra las armas de fuego, que son ensambladas en serie en las fábricas a muy bajo coste perjudicando su trabajo de artesanos entregados a la creación decultura obras de arte. Aducen que lo de antes “sí que eran guerras” y no lo de ahora, que ni hay valor ni sangre ni nada.
Este humilde trabajador encontró su desgracia con el crecimiento de la industria armamentística: al igual que pasó con los vinilos, su obra quedó reducida a llenar el almacén de coleccionistas y nostálgicos. Se encuentra desamparado en el mundo actual y su gremio protesta regularmente contra las armas de fuego, que son ensambladas en serie en las fábricas a muy bajo coste perjudicando su trabajo de artesanos entregados a la creación de

5. El enano bufón:
Este señor era el que se encargaba de hacer reír a monarcas y nobles. Lamentablemente, la historia se ha llevado por delante la parte más inocente de los palacios. Ahora el bufón de moda es alto, delgado y estiloso; lleva traje y camisa negros y habla sobre temas snob intercalando, a lo sumo, algún chiste verde.

6. El hidalgo o caballero andante:
La figura espigada de nuestro Don Quijote siempre nos recordará la virtud y entereza de estos personajes ya históricos. Cuando apareció la poli, sin embargo, no dudó en detener a los que quedaban por insumisión y alteración del orden público. Este defensor de las doncellas fue fagocitado por la versión moderna de sí mismo.
7. El guillotinador:
Pese a que en determinados países con baja ratio neuronal sigue existiendo la figura del “verdugo”, nuestro amigo, el protagonista de la Revolución Francesa y de la Inquisición, tuvo que decir adiós a su puesto de trabajo con la aparición de sistemas más civilizados para cargarse indeseables. Ahora la corriente de la silla eléctrica es activada por un funcionario que lo único que quiere es acabar pronto y tomarse un café; ciertamente el espíritu conciliador y justiciero de la figura del guillotinador con capucha se ha perdido.

8. El monje copista:
También miniaturista, este pobre hombre, entregado toda su vida en cuerpo, alma, vista y espalda a la tarea de copiar media página de un libro del tamaño de Segovia, pasó de ser un tipo cultísimo al más pringado de la comarca el día que un desalmado inventó la imprenta. Más de uno insistiría en que Gutenberg era el mismísimo Satanás, pero la racionalidad se impuso y gracias a ello, la sociedad avanzó.
También miniaturista, este pobre hombre, entregado toda su vida en cuerpo, alma, vista y espalda a la tarea de copiar media página de un libro del tamaño de Segovia, pasó de ser un tipo cultísimo al más pringado de la comarca el día que un desalmado inventó la imprenta. Más de uno insistiría en que Gutenberg era el mismísimo Satanás, pero la racionalidad se impuso y gracias a ello, la sociedad avanzó.

9. El tallador de letras de imprenta:
No se quedó ahí la cosa. Cuando alguno pensaba que ya tenía la vida hecha, una serie de hijos del demonio inventaron consecutivamente la máquina de escribir, el papel calcante y la fotocopiadora. Pese al arte que tenía con la escofina, acabó tirándose por un puente porque no fue capaz de aceptar que la nueva tecnología era más cómoda.
No se quedó ahí la cosa. Cuando alguno pensaba que ya tenía la vida hecha, una serie de hijos del demonio inventaron consecutivamente la máquina de escribir, el papel calcante y la fotocopiadora. Pese al arte que tenía con la escofina, acabó tirándose por un puente porque no fue capaz de aceptar que la nueva tecnología era más cómoda.

10. El dueño de la Olivetti:
Desconocedor de la historia, se frotaba las manos sin saber que el progreso siempre gana. Sí, apareció el ordenador de sobremesa, apareció Bill Gates, apareció Apple, aparecieron las impresoras baratas, los cartuchos de tinta reciclable, los PDF, la factura electrónica, el ahorro de papel, los ecologistas, el iBook...
Desconocedor de la historia, se frotaba las manos sin saber que el progreso siempre gana. Sí, apareció el ordenador de sobremesa, apareció Bill Gates, apareció Apple, aparecieron las impresoras baratas, los cartuchos de tinta reciclable, los PDF, la factura electrónica, el ahorro de papel, los ecologistas, el iBook...
Pues eso.